En un piso alto de un edificio reluciente, un hombre se sienta frente a un escritorio y piensa. Se acaricia las sienes y trata de respirar profundo. Siente que el aire acondicionado está demasiado cálido; baja la temperatura de su enorme oficina pero igual se sacá el traje de Dolce & Gabbana y lo tira en el sillon. Se enjuaga unas gotas de sudor de la frente y sigue sin hacer nada, solo piensa.
El problema estaba fuera de control. Era su culpa y debía solucionarlo, cueste lo que cueste.
Una llamada lo sacá de su estado cuasi-catatónico y le da una alegría: el hombre perdido había sido encontrado.
La silueta de una sonrisa aparece en su rostro maduro arrugado por el stress. El alivio es inconmensurable y le salva la vida. Ahora los jefes no iban a tener por qué estar enojados y no iba a haber consecuencias.
Hace una llamada desde una línea segura, y al colgar, le ordena a su asistente la limusina lista. A los dos minutos está en ella, yendo a un importante acuerdo. Veinte minutos después está con un hombre; charlan del trabajo asignado a este, y del monto en que el trabajo será recompensado. La visita cordial termina rápido y cada cual se marcha a hacer lo que debe hacer.
El hombre aliviado vuelve a su oficina, y llama a los jefes para transmitirles la buena noticia. Lo felicitan con frialdad, pero para él es suficiente, sabe el peligro que corrió, y que por unos minutos fue viudo y sin hijos.
El hombre que va a hacer el trabajo sigue al hombre que había estado perdido, y lo encuentra en el aeropuerto, con pasajes en mano, en la escalera hacia un avión que despegará en diez minutos según la voz que sale de los parlantes. No tiene mucho tiempo, y con su bolso en mano apura el paso. Camina hacia la zona de carga y se cruza con un par de policias que intentan detenerlo. No lo logran.
Hay cinco personas en la zona de carga, pero una vez llegado el intruso, todas esas personas están inertes y con agujeros de bala en el cuerpo, aunque eso no aparecerá en el diario de mañana, ni en el de ningun día, ni en ningún despacho de un forense, de eso se encargaría el empleador. Una vez en la zona de carga, sube el bolso a bordo del avión. Hecho esto, intenta esconder los cuerpos lo mejor posible, y luego se larga. En casa lo espera una buena noticia.
El hombre que había estado perdido no sabe que fue encontrado, e intenta relajarse en el avión de regreso a su país. Tiene la información que había ido a averiguar, algo importante, con fuerza para causar gran impacto y que va contra muchos intereses.
El avión arranca, se eleva, y entabla vuelo.
De repente, una explosión destruye todo, y lo que queda del avión cae a pique hacia el mar.
El hombre se da cuenta que hacía rato que había sido encontrado antes del súbito final.
Mas tarde, luego de una llamada proveniente del hombre que había hecho el trabajo, el hombre aliviado pide a su asistente la mejor champaña, y brinda con la noticia de doscientas personas muertas en un accidente aereo mientras traspasa fondos de siete cifras de una cuenta bancaria a otra.
domingo, junio 07, 2009
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4 comentarios:
Muy bueno, cuña.
De verdad.
dentro de una semanita yo tambien estare, perdonando la expresion, cagada de frio!
Besos y muy lindo..
Hechos basados en la caída del avión 447? Genial, en serio y debo admitir que la música lo acompaña. Ahora vamos a lo que me atañe(????? informate bien flaquito:
REVOCADA: VEASE http://es.thefreedictionary.com/revocada
RESCINDIDA: VEASE http://es.thefreedictionary.com/rescindida
tomáááá
love u
zarpada teoria de lo q pudo haber pasado =O como siempre, excelentemente escrito. un saludo!
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