- Sí, estoy cerca... Walter me dijo que vea los cuadros de este tipo, que los quiere... Me dijo que eran especiales, que cuando se los miraba cambiaba la realidad y la verdad, cosas así, no sé... Sí, bueno, después te llamo... Cuidate, abrazo.
El hombre de traje cierra el celular al tiempo que llega a destino: una casa grande, amplia, de por lo menos dos plantas y un ático, con un jardín principal deteriorado y descuidado, con maleza y demas yuyos gobernantes y restos de basura como si fueran adornos que reemplazaran a los enanos de jardín; una reja oxidada que llega hasta la cintura cubre todo el frente. Al no haber timbre, el hombre de traje, luego de un corto período de temores y dudas, empuja la reja y avanza por unas baldozas carcomidas por el pasto que eran el único sendero posible en aquella pequeña amazonia.
Al caminar enfoca su vista en la casa y la nota también desgastada, casi en ruinas, con grietas en sus poros rojos de ladrillo y suciedad acumulada en los ventanales que no dejaba ver el interior.
Llega a la puerta y golpea una, dos, tres veces, y espera una respuesta. Nada. Vuelve a golpear: silencio. Por la tardanza mira con aire distraido al jardín para a los pocos segundos ver entre los altos pastos a una rata del tamaño de una pelota de rugby, roñosa, gigante y feroz como un león hambriento. Su piel se enfría, sus vellos se erizan como astas y el pavor fóbico que experimentó desde la infancia lo obliga a entrar en la casa apurado, sin pensarlo.
Al entrar se da vuelta y ve la puerta cerrarse, dejando afuera a la bestia repugnante en su mundo repugnante. Con su vista aún fija camina de espaldas sin notarlo por un pasillo iluminado por un halo de luz, hasta que con su espalda choca con algo.
El contacto no buscado lo hace gritar. Con sus ojos casi fuera de sus órbitas, salta por instinto hacia adelante a la vez que se agacha y da vuelta para ver con que se topó. Un nuevo grito se alza por sobre el anterior, más potente, más profundo, y el eco se desplaza por cada cuarto de la casa con potencia invasiva.
Los ojos no le fallan al hombre de traje: lo de que cuelga ahí arriba es un cadáver.
Los ojos tampoco le fallan al observar la piel del difunto, gris, casi incolora, ni tampoco le fallan al observar los ojos, insanamente fuera de las cuencas, ni tampoco al observar la lengua, con signos claros de descomposición y demasiado fuera de la boca, sobre una abundante barba canosa por la que caminan arañas y moscas impunes.
El olor despedido por el cuerpo lo hubiera notado al entrar si no hubiera estado tan inquieto, porque el aire fétido que respira dentro es desgarrador para las entrañas.
Al mirar mas arriba ve la soga, camuflada en un sinfin de telarañas unidas que forman una inmensa, y la viga húmeda pero resistente.
Ese hombre era el que venía a buscar. Lo encontró.
Se pone en cuclillas, de espaldas al hombre que yace colgado. Apoya los dedos de una mano en el piso para mantener el equilibrio y tratar de mantener al almuerzo enjaulado dentro de su cuerpo, pero no lo logra. Se levanta tambaleante y choca con una mesa. Una cosa de forma cuadrada cae al suelo, tapada por una funda que en la caida se corre y deja ver una parte de una pintura surrealista de colores opacos.
Un encantamiento aprisiona la mente del hombre. De repente se le crea una adicción, una obligación física, una necesidad mental de ver el cuadro. Respira pero no siente el olor del cadáver, no siente nada, ni miedo, ni preocupaciones, solo tiene la necesidad de ver el cuadro.
Lo necesita.
Estira el brazo y toma con excesivo cuidado la pintura. Sus ojos fueron reemplazados por otros, por un par de ojos lunáticos y enfermos, se nota en su mirada sin alma que todo cambió.
Toma la pintura con sus dos manos y la pone delante de su rostro para admirarlo, y lo hace, y rie, rie a carcajadas.
viernes, julio 10, 2009
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2 comentarios:
Ohh qué había en el cuadro??!! Me imaginé una minipeli con lo que escribiste (: quiero hablar con vos chabón. Estás ausente
honestamente no lo leí :p
es que queria hacerte una firma linda antes de que te enojes y vengo inspirada(?)
ya se que nunca te llamé y que muchas veces no te hice caso, y ya se que te lo dije pero sos un groso. Aunque a veces digas qe la música qe escucho sea una mierda y que tal o cual cosa tmb sea una mierda, sos querible pibe. Me caíste bien desde el primer dia que hablamos, que me contaste qe te gustaba Queen y Dr. House, y hasta me postiaste. Y aunque este año no me saludaste para mi cumpleaños, "primero te quiero igual" como diría Calamaro JA :)
te quiero fideo (dicho por juanfra, que conste)
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