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La Muerte (el Caminante III)
En algún lugar, alguien escribe...
"Lo vi en un bosque, no tengo idea cual, donde parecía deambular. La noche cubría su cuerpo nunca por completo físico, se perdía en él, como si la absorbiera y fuera indiferenciable. Los grillos se llamaban a silencio cuando lo sentían cerca y se quedaban estáticos cuando pasaba, los pájaros y animales que dormían se despertaban con temblores provocados por el frío glaciar que él siempre trae consigo. Al dar un paso, una de sus botas chocó contra una raiz, la cual se partió al instante. Puso su mano en un árbol y se cayeron todas las hojas, quedando solo un tronco muerto y ramas que parecían dedos esqueléticos y vengativos.
Por la forma en que caminaba, diría que guiaba las sombras.
Luego de eso, apareció entre montañas. Escupió en un manantial claro y transparente, que se convirtió a paso acelerado en agua turbia y envenenada. Ahí, iluminado por los últimos resquicios del día, me di cuenta que, además de botas negras, tenía una chaqueta de cuero, un jean claro con signos de ser muy usado, y un sombrero o gorra oscura, no estoy seguro, que le tapaba los ojos y que dejaba libre su cabello, rojizo como el fuego de piras inquisidoras.
Y entonces... entonces giró, parsimonioso, hacia mi posición, y, sin que llegara a darse vuelta, dijo unas palabras que me atormentarán por siempre.
- Voy por tí, preparate... ¿Sabés como me dicen?...
Desperté esta mañana transpirado como nunca en mi vida. Horas pasaron hasta que pude recobrar algo de pensamiento lógico, pero no puedo más, se que se acerca, oigo sus pasos, lo oigo caminar. A cada momento me doy vuelta, seguro de que está atrás, y veo que hay solo aire, ¿pero hasta cuando va a haber solo aire detrás mío? ¿Cuando llegará?
Estoy seguro que...oh no."
El tiempo se detiene.
Entra un ser con una sonrisa bestial y chaqueta de cuero. Fija su vista en el hombre que tiembla sentado frente al papel con el lápiz en la mano. Un grito sale de la garganta del hombre desde lo más profundo de su cuerpo. Un sinfín de pesadillas atraviesan su mente, y todas juntas están reunidas en el ser corpóreo cerca suyo.
- Me dicen "El Caminante de Ojos Negros".
El hombre llora. Mil heridas, largas y profundas, se abren en su cuerpo, creando una agonía oscura y titánica, sin que el recien ingresado lo toque.
Lo hace todo con el poder de sus ojos.
Fallece despacio, similar a la llama de una vela que se apaga sola al llegar al final. Languidece a medida que el charco de sangre aumenta, y en la conclución, en el último suspiro, ve por sí mismo los ojos del Caminante.
Ahora nunca tendrá descanso.
5 comentarios:
bueno tendre que leer la parte 2 para leer la 3 XD
Che, Bruma Nocturna, dejá el porro =P
Ayla nena hizo unos retoques. jaja, cómo la flasheas escribiendo par favar. te felicito best friend
me dio miedo O.O
Chupala, gil xD
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